lunes, 20 de octubre de 2008

Aclaraciones

(*1):Escrache
"Escrachar" es poner en evidencia, revelar en público, hacer aparecer la cara de una persona que pretende pasar desapercibida.
Gracias a la impunidad, hoy todos los asesinos, torturadores y cómplices están en libertad. Los cruzamos por la calle, son nuestros vecinos. La mayoría todavía usa las armas que nosotros pagamos para nuestra "protección". Las leyes de impunidad lograron que estos criminales, aunque toda persona honesta sabe que deberían estar presos, convivan con las personas de bien, muchas veces en el anonimato.
Hoy día hay solamente algunas pocas caras famosas de genocidas y cómplices que son reconocidas por la gente. Son los casos que fueron más difundidos por la prensa: varios de los miembros de las juntas militares, el ex ministro de economía Martínez de Hoz, y algunos personajes especialmente famosos por su sadismo, como el Capitán Astiz.
Estos sujetos no pueden presentarse en público más que en ciertos ambientes especialmente reaccionarios o frívolos. Fuera de allí, el común de la gente reacciona indignada ante su presencia, muchas veces con violencia. Donde son vistos generan rechazo, asco y furia.
Pero la mayor parte de estos criminales son desconocidos para la mayoría de la gente, así que gozan de una tranquila impunidad.
Con el escrache queremos hacer pública la identidad de estos sujetos: que los compañeros de trabajo conozcan cuál era su oficio en la dictadura, que los vecinos sepan que al lado de su casa vive un torturador, que los reconozcan en la panadería, en el bar, en el almacén. Ya que no hay justicia, por lo menos que no tengan paz, que se los señale por la calle como lo que son: criminales. Que no puedan ocupar cargos públicos, que los políticos y empresarios (que en general sí conocen su pasado) deban echarlos o esconderlos para evitar la vergüenza de que se sepa que contratan asesinos --o para no perder votos ni clientes.

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